¿Qué es la hipertensión desde otro punto de vista?
Lo primero que hay que preguntarse es ¿Quién realiza la hipertensión? Y la respuesta es más que evidente, -“el propio cuerpo”-. Es decir, que el endurecimiento de las arterias es un acto natural del propio organismo. ¿Para qué el cuerpo endurece las arterias? Y la respuesta evidente es –“para defenderse y sobrevivir ante las agresiones externas”-
Entonces, la hipertensión es un efecto natural de la actividad de vida que la persona lleva, y de hecho es una de las respuestas que se produce como consecuencia del estrés. ¿Para qué? Para que el corazón pueda bombear más sangre en menos tiempo. (también le pasa a los animales)
Y es bien sencillo, la hipertensión solo es un mecanismo que forma parte de todo el complejo mecanismo que se produce durante los momentos de tensión que empezaron a producirse en aquellos tiempos primitivos en los que había que correr o luchar para salvar la vida.
Por ejemplo: “Sales de casa por la mañana, llegas tarde al trabajo después de haberte encontrado nada más levantarte toda una serie de circunstancias familiares que te han alterado bastante y puede que hasta hayas tenido que gritar. Pero el caso es que ya te han advertido que como llegues otra vez tarde habrán consecuencias y sales como un cohete camino de tu lugar de trabajo. Podrías cruzar por el paso de peatones pero intentas atajar cruzando la calle y lo haces sin mirar. En ese preciso instante oyes un frenazo que te llega hasta lo más profundo, te hace dar un bote, parece que en tus intestinos se ha clavado algo y tu corazón salta. Acabas de tener suerte porque el coche ha frenado a tiempo y el conductor te dice de todo. Tu sigues adelante por la prisa pidiendo perdón, pero en tu cuerpo se ha removido todo. Todos los sistemas alterados, especialmente la respiración y el corazón que van a mil. En este preciso instante tu presión arterial está por las nubes, muy por encima de los establecido como normal, y así durará un buen rato.”
Ahora imagina por un momento que todos los días son así, sin frenazo de coche pero con su recuerdo. ¿Cómo va a estar tu tensión arterial? ¿Cómo funciona tu cuerpo si en esos momentos está preparado para la lucha o la huida?
Pero cuando el hombre vive en la naturaleza y tiene que enfrentarse a peligros de la selva o la montaña por ejemplo, ese ser tiene después los momentos para relajarse y apartarse de la tensión, en su refugio, donde se siente a salvo de los peligros.
No obstante, no es solo el estrés lo que aumenta la presión arterial ya que se ha encontrado que algunos productos de consumo humano también la suben a la vez que el tipo de actividad sedentaria también suma una falta de elasticidad en las arterias.
Puedes encontrar más información en la red haciendo una búsqueda como por ejemplo “controlar la hipertensión” que te va a dar un resultado de ingente cantidad de información médica y científica en torno a este tema.
Aquí un ejemplo: Mercola – Controla la presión alta
http://espanol.mercola.com/boletin-de-salud/controlar-la-presion-alta.aspx
No podemos aceptar la idea de que la hipertensión, que solo es una medida médica tomada en el brazo, se convierta en una pandemia de una enfermedad inexistente, ya que todavía nadie ha demostrado que la hipertensión en si sea la causa de las enfermedades.
Aunque como dice el título de este artículo, nuestro objetivo es ayudarte a tener una tensión arterial adecuada sin tener que medicarte con sustancias tan peligrosas como la descrita anteriormente, sin que por ello nuestro objetivo sea erradicar los medicamentos sobre la faz de la tierra sino simplemente ayudarte a que tú puedas mejorar tu vida de forma natural. Te proponemos estos tres sencillos consejos:
Evita las drogas y el consumo de sustancias artificiales y/o perjudiciales.
El tabaco, el alcohol, la cafeína, la comida basura, las drogas ilegales o legales, los alimentos plásticos, las grasas saturadas y la sal, entre otros, colaboran eficazmente en el daño a tus arterias, unas veces depositándose en sus paredes y otras veces produciendo excitación o tensión que se traduce en un aumento de la presión arterial.
Cuando caes adicto a una sustancia no te das cuenta de ello y acabas aceptando la idea de que consumir ese producto, o droga, es lo normal y no entiendes tu vida si ello. Pero la pura realidad es que tras ese producto hay un gran negocio y tú no lo necesitas para nada. La necesidad de ello te la creas con el consumo. Cuanto más consumes más lo necesitas.
La alimentación es también fundamental pues los alimentos de elaboración artificial contienen sustancias de actividad similar a hormonas que producen, al igual que la sal, fuertes acumulaciones de grasas y líquidos que incluso se nota en las propias células de tu cuerpo, y en algunos tejidos. Toda esa acumulación antinatural también provoca hipertensión.
El uso de medicamentos ha de estar controlado por el médico y a la vez por ti. Revisa los prospectos de todos los medicamentos para ver si producen hipertensión, hinchazón, o cualquier otro efecto perjudicial en el sistema cardiovascular, linfático, renal, etc. y comunícalo al médico, incluso aunque pienses que ya lo tiene en cuenta. Tu salud está por delante de todo.
En definitiva, ahorrar en productos químicos, como los limpiadores artificiales y todo lo antes mencionado, también puede redundar en reducir la tensión y el gasto. Si te tienes que medicar por algo que no sabes ni lo que es, mejor será que te cuestiones todo productos que entra en tu casa y en tu cuerpo y veas si es realmente imprescindible.
Cambia tu estilo de vida.
Sí, esto te lo recomiendan en todas partes, pero es absolutamente imprescindible. Ya sé que crees que no puedes, que la vida te lo pone difícil, que no tienes tiempo, etc. Pero tu salud tal vez te importe, y si tienes hipertensión es por algún motivo.
Empieza por tomarte la vida de otra manera y no asumir responsabilidades que no te corresponden. Descárgate tanto como puedas de trabajo y deja que cada uno asuma su responsabilidad.
El factor tiempo es fundamental a la hora de gestionar una vida sin estrés. Vivir con el “no llego” en la garganta o el pecho es una forma de no vivir. Mejor es poner en tu mente la frase “tengo todo el tiempo del mundo” y acostúmbrate a anticiparte a las cosas importantes y dejar de lado las que no lo son.
La mejor manera de ganar tiempo es desencadenarse de la televisión y los medios. Por los medios de comunicación te van a llegar toda clase de preocupaciones que también suben la tensión y solo añaden basura a su mente, la cual no descansa con tanto estímulo negativo. Informarse no es leer la prensa. Eso es desinformarse.
Quita de tu vida toda clase de “distracciones” que te hacen perder tiempo y dedícate a lo que realmente te da placer, como puede ser estar con tu familia, con los amigos, asistir a reuniones, charlas, conferencias y muy especialmente, dedicar unos minutos a ti. Las redes sociales tienen grandes ventajas en esta sociedad global, pero adicionarse a ellas es contraproducente y gasta mucho tiempo.
Estar en casa no es malo, pero hacer movimiento físico ayuda a que tu cuerpo se mantenga fuerte y en forma. No solo se refuerzan los músculos sino que se ve beneficiado todo el cuerpo en general, incluso órganos que parece que no tienen nada que ver. Además hacer ejercicio ayuda a consumir el exceso de calorías reduciendo tu peso corporal.
Por supuesto ir al gimnasio está muy bien, pero en muchas ocasiones, el gimnasio tiene una connotación de sacrificio. Cambia esta percepción, por la de que ir al gimnasio es salud o bien cambia el gimnasio por la calle y anda ligero o corre pensando en que estás reforzando tu cuerpo, porque esto te ayuda a ralentizar tu vida (que curioso).
Evita buscar síntomas en tu cuerpo y adopta una actitud de salud en lugar de una actitud de enfermedad. La tendencia natural del cuerpo es la de estar sano, por lo que si haces actividades sanas lo más probable es que lo esté. Si te sientes sano la confianza en ti mismo aumenta y se reduce tu tensión arterial.
El miedo es la principal causa de estrés. Si la hipertensión va en aumento en esta sociedad cada vez más “avanzada” es porque los excesos de información y noticias negativas provocan miedo en la población. Crisis, paro, amenazas, corrupción, falta de líderes, falta de rumbo, incertidumbre… Todo ello contribuye a un mundo de personas con miedo, y por supuesto, cuanto más miedo, más hipertensión.
Si tienes confianza en ti mismo y en tus posibilidades vas a afrontar la vida con más optimismo y valentía, arriesgándote a “sufrir las temibles amenazas del mundo exterior” en el que el 98 % de lo que ocurre es solo paz y vida cotidiana. No te dejes arrastrar por el pesimismo malintencionado.
Aumenta tu confianza repitiendo mentalmente o en voz alta frases positivas del tipo “La vida es maravillosa”, “el mundo me quiere”…etc. Porque con ellas puedes cambiar radicalmente tu percepción del mundo, percepción que por otro lado viene de la educación de tus padres y maestros. Cambia lo que no te guste de tu percepción de la vida. Solo son percepciones, realidades provisionales.
Por favor no te pierdas la última parte de esta serie. Va a llegar en breve. Gracias.
Parte 1
Parte 3 Miguel Alarcón